Dos hombres bajo la misma circunstancia actúan de manera diferente. ¿A cuál de los dos se parece usted?. Un asunto de decisiones y actitud frente la vida.

Un hombre observa una construcción. Es mediodía, con el calor propio de una ciudad como Barranquilla y aunque hay muchos trabajadores picando piedra, cargando arena, colocando ladrillos, el visitante se fija en dos de ellos por sus actitudes.

El primero se nota irritable, se expresa con rabia, tira los utensilios. El visitante se acerca y le pregunta: “¿usted qué hace?”… “¿qué hago?”- grita el hombre realmente descompuesto- “¿es ciego?, no ve que estoy aquí trabajando como un burro, aguantando calor, para ver si medio me pagan algo”. Este trabajador se retira muy molesto, diciendo muchas palabras que no se pueden publicar.

El visitante se acerca al segundo hombre. Éste en cambio está sonriente, tararea una canción que le gusta, su semblante es alegre  y se encuentra en la misma circunstancia del otro trabajador. El visitante le pregunta: “¿usted, qué hace?” Este  hombre detiene su actividad por un momento, contempla toda la construcción y con una sonrisa en el rostro afirma: “estoy construyendo con estos hombres, una hermosa escuela que le dará educación a muchos niños del barrio”.

Cuando leí esta historia por primera vez, me cuestionó profundamente respecto a las actitudes que asumo con mis actividades profesionales. Dos seres humanos con las mismas capacidades, en las mismas circunstancias, pero con actitudes diferentes frente a la vida.

El primero no ve más que dificultades, lo que hace falta, lo que no está bien. El segundo, no se queja, ve en su trabajo la oportunidad de servir, de construir una gran obra. Esa es la diferencia fundamental entre quienes tienen éxito y quienes no.

Como el primero, hay muchas personas que encuentran siempre lo malo en un trabajo, se concentran en las dificultades: “no tengo computador”, “nadie me ayuda”, “no lo puedo hacer”, ” es que hace calor”, “a mi nadie me dijo”. Esas son expresiones muy propias de este tipo de trabajadores.

Como el segundo, también hay muchos seres humanos. Estas personas  encuentran la oportunidad, se dedican a crear y a valorar lo que tienen. Estas personas ascienden rápidamente en la organización, la gerencia siempre les encomienda los mejores proyectos, los tienen en cuenta en los principales procesos. Alguien se preguntará: “¿qué pasa con ellos, tienen estrella?”

No es estrella, es actitud. La actitud que asumen frente a su trabajo, frente a la vida, les abre caminos para el éxito. Si antes las empresas valoraban en la gente una actitud de compromiso con el trabajo y una visión a largo plazo; hoy en un mundo globalizado, altamente competitivo y cambiante, trabajadores como nuestro segundo personaje se convierten en personas indispensables.

Mi buen amigo, ¿cuál de los dos trabajadores es usted? ¿el que se queja de su circunstancia, se concentra en el problema, en lo que falta?, o por el contrario, ¿es usted el que dedica lo mejor cada día para que su trabajo le beneficie y sirva a mucha gente?

Libre albedrío. Siempre elegimos lo que queremos ser. Este día ofrece una excelente oportunidad para hacer de su trabajo y del mío, una fiesta de servicio, gentileza, entrega, compromiso y agradecimiento por la enorme posibilidad que tenemos de crecer como personas. Está en sus manos y está en las mías.

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